Ayrton Senna marcó un antes y un después en la Fórmula 1; el nacido en Sao Paulo sobresalió al bordo de cada vehículo que manejó en el serial, ganó títulos y obtuvo el cariño de los aficionados gracias a su carisma. De cara al Gran Premio de Brasil de este domingo, recordamos al piloto brasileño con los momentos que hicieron más grande su legado:
El debut con Toleman, 1984
Desde su debut en la Fórmula 1, hace 35 años, Senna dio muestra de su potencial. El brasileño debutó con la extinta escudería Toleman, que no figuraba en los primeros puestos; en el Gran Premio de Mónaco de esa temporada, Ayrton consiguió el primer podio de su carrera y el primero en la historia de la escudería.
El histórico Gran Premio de Japón, 1989
La rivalidad entre Senna y Alain Prost es una de las más grandes en la historia del deporte. La temporada 1989 vio a ambos pilotos, coequiperos en Mclaren, pelear codo a codo por el título.
En Suzuka, Japón, Senna y Prost chocaron, pero el brasileño regresó y ganó la carrera; no obstante, los oficiales lo descalificaron y el resultado resultó clave para que el francés lograra el campeonato, mientras que su compañero despotricó contra todos por lo que consideró una injusticia.
La pelea con Eddie Irvine, 1993
Senna era conocido por ser un piloto tranquilo fuera de las pistas, pero en algunos momentos el arrebato le ganó. En el Gran Premio de Japón, ahora en 1993, el de Sao Paulo ganó la carrera, pero al finalizar tuvo un intercambio de palabras con Irvine, piloto que debutó en ese GP; después de una álgida discusión, Ayrton le dio un puñetazo en la cara al irlandés, en uno de sus puntos más bajos.
Su vida personal
Cuando no estaba a bordo de un vehículo, a Senna le gustaba mucho leer la Biblia. Las polémicas a lo largo de su carrera fueron pocas, siendo su relación con diferentes mujeres uno de los temas. Senna siempre estuvo preocupado por su país, donando millones de dólares para apoyar a comunidades desfavorecidas, para después fundar el Instituto Ayrton Senna.
Su muerte en el Gran Premio de San Marino, 1994
El momento que terminó por dar origen a la leyenda de Senna fue el accidente mortal en el Gran Premio de San Marino, en 1994. A bordo de su Williams, el piloto perdió el control del vehículo en la curva de Tamburello, estrellándose a más de 300 kilómetros por hora, muriendo prácticamente al instante. Su muerte consternó a millones de aficionados, e incluso el Gobierno de Brasil decretó tres días de luto nacional.
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