El rock y el deporte tienen una relación muy estrecha. Bandas que patrocinan equipos, canciones que se convirtieron en himnos de clubes y jugadores que no ocultan su pasión por los riffs y el poderoso ‘headbanging’.
Prepárate para poner tus canciones favoritas y conoce a estos a rockeros de corazón que también le hacen al deporte:
1. Elton John – futbol
Uno de los músicos británicos más influyentes de la historia es aficionado de ‘hueso colorado’ del Watford, al que sigue desde pequeño gracias a su padre.
Su pasión por el equipo es tanta que ha sido presidente y dueño en diversas ocasiones, además de brindar conciertos en beneficio del club en el estadio.
En diciembre de 2014 inauguraron la grada ‘Sir Elton John’, en «uno de los mejores días de su vida», de acuerdo al músico.
2. Bruce Dickinson – esgrima
El frontman de Iron Maiden, la famosa banda de heavy metal, es un apasionado de la esgrima, deporte no tan popular pero que Bruce Dickinson practica desde su infancia.
El vocalista de la banda compitió en diversos torneos internacionales y llegó a ser el #7 en Gran Bretaña, aunque a los 23 años dejó el deporte para meterse de lleno al rock.
3. Rod Stewart – futbol
“La vida de un músico es mucho más sencilla: uno puede emborracharse y tocar, pero no puedes hacer eso y jugar futbol. Por eso elegí la música”.
La explicación de Stewart sobre porqué dejó el balompié no deja lugar a dudas; a pesar de ello, el músico y compositor mantiene su afición al deporte siguiendo de cerca al Celtic, club del cual es hincha.
4. Lars Ulrich – tenis
Antes de ser el baterista de Metallica, Ulrich probó suerte en el tenis, en su natal Dinamarca. Su padre, Torben, y su abuelo, Einer, fueron tenistas destacados en su país y Lars quiso seguir sus pasos, con buena carrera juvenil.
En 1980 se mudó a Estados Unidos y ahí notó que su nivel era inferior al de sus compañeros, enfocándose de lleno a la música.
5. Alice Cooper – golf
Alice Cooper es un ‘rockstar’ hecho y derecho. Con su banda homónima logró el éxito internacional y en 2011 fueron inducidos al Salón de la Fama del Rock and Roll.
Cuando tenía problemas de adicciones, Cooper comenzó a jugar golf, deporte al que le da crédito por ayudarlo a solucionar su adicción al alcohol.
Su amor por el golf es tal que desde 1997 celebra un torneo de celebridades con las ganancias donadas a su fundación.