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5 historias conmovedoras del deporte que te harán recuperar la fe en la humanidad

Estas historias te llegarán al corazón y te harán sentir un poco mejor durante estos momentos de cuarentena

Xia Boyu. (Foto: Twitter)

El coronavirus es una enfermedad que debemos tomar en serio, pero no por eso tienes que llenarte de noticias tristes o trágicas sobre los casos de Covid-19 en el país y en el resto del mundo. Nuestro consejo es que mantengas la calma, que sigas las indicaciones de las autoridades y que te alejes de vez en cuando de las noticias para que no te estreses. Para ayudarte a distraerte un poco, te dejamos cinco historias conmovedoras del deporte que te harán sentir bonito en el corazón.

1. Equipo Hoyt

La historia de los estadounidenses Dick (padre) y Rick Hoyt (hijo) ha conmovido a todo el mundo porque ha demostrado, una vez más, que el amor de un buen padre no tiene límites. Rick tiene una discapacidad por hipoxia al nacer (no llegó suficiente oxígeno a su cerebro cuando nació) por lo que no puede mover la mayoría de su cuerpo. Su padre, quien es un teniente coronel retirado de las fuerzas armadas, se dio cuenta de que su hijo tiene una pasión por los deportes que no podía expresar, por lo que decidió comenzar a entrenar y a competir en carreras y maratones, llevándolo siempre a su lado. Ambos han participado en más de 900 eventos alrededor del mundo, incluyendo triatlones en los que Dick empujó y jaló a Rick por tierra y agua para que juntos cruzaran todas las metas.

2. “Let It Go, Let It Gooo!” 🎶

Paul Guest y Edwin Vermetten estaban jugando juntos un partido de dobles de tenis en silla de ruedas durante los Invictus Games de 2018 –un torneo en el que participan veteranos heridos o con alguna enfermedad de diferentes países–. Todo iba bien durante el juego hasta que el ruido ocasionado por un helicóptero que pasó cerca provocó que Paul tuviera un episodio de trastorno por estrés postraumático. Al notar esto, su compañero Edwin se acercó a él, lo tomó por la cabeza y comenzó a cantarle “Let It Go”, la canción principal de la película de Disney, Frozen, para intentar calmarlo. El momento fue tan emotivo que muchos de los asistentes del juego terminaron en lágrimas. 

3. Vuelta al mundo después de salvar una vida

En 1996, el inglés Pete Goss participó en el evento Vendée Globe, el cual consiste en dar una vuelta al mundo en un barco de vela, totalmente solo, sin escalas y sin asistencia. Ya en medio del mar, mientras hacía su recorrido, recibió un pedido de auxilio del francés Raphael Dinelli, otro de los competidores. Casi sin pensarlo, Pete giró su bote y navegó por dos días para llegar a Dinelli, que estaba a punto de congelarse en una balsa. Luego de salvarle la vida, Goss logró terminar la regata en 126 días con 21 horas y, por su hazaña, fue reconocido por la Reina Isabel II y además, recibió la Legion d’honneur, la mayor condecoración que otorga el gobierno francés por méritos extraordinarios en el ámbito civil o militar.

4. Equipo de Atletas Refugiados

Río 2016 fueron los primero Juegos Olímpicos que contaron con el equipo de Atletas Refugiados, el cual estuvo conformado por 10 deportistas refugiados que sufrieron en carne propia los conflictos bélicos de Siria, Sudán del Sur, Etiopía y República Democrática del Congo. No ganaron ninguna medalla, pero su participación ayudó a que otros deportistas en las mismas condiciones que ellos, tengan la posibilidad de participar en las próximas Olimpiadas. Aunque lo ideal sería que no hubiera guerras, esperamos que la presencia de estos atletas provoque que todos volteen a verlos y cada vez más se sumen a brindar su apoyo a los refugiados. 

“En un mundo ideal, este equipo no debería existir. Pero, desafortunadamente, las razones por las que creamos este equipo antes de Río 2016 todavía persisten.”


–Thomas Bach, presidente del Comité Olímpico Internacional

5. Camino a la cima

Xia Boyu es un alpinista chino que se hizo famoso en mayo de 2018 por convertirse en la segunda persona doble amputada en llegar a la cima del Monte Everest. Sin embargo, ese no es el mayor logro de su vida. En 1975, en su primer intento de escalar la montaña más alta del mundo, le entregó su saco de dormir a uno de sus compañeros que estaba enfermo, durante una tormenta. La temperatura era tan baja que a Xia Boyu se le congelaron las piernas y fue justo por eso que tuvieron que amputárselas. A pesar de su mala experiencia, él continúo escalando hasta alcanzar su meta.

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