La época invernal no es precisamente la más atractiva para hacer ejercicio. Sin embargo, en países donde los fríos son muy prolongados, deben encontrar maneras de divertirse y, ¿por qué no? Pasar un buen rato haciendo deporte. Aprovechando que estamos en pleno invierno, te traemos algunos deportes invernales más extraños:
Skijoring
Los países escandinavos y Alaska suelen usar como modo de transporte los skis jalados por caballos o perros. A alguien se le ocurrió que también podía convertirse en un deporte de invierno, dando nacimiento al Skijoring, que en noruego significa ‘manejo de ski’.
Wok Racing
Este curioso deporte, nacido en Alemania, consiste en subirse a una especie de ‘tazón’ tipo wok para descender por una pista a velocidades que pueden alcanzar los 100 kilómetros por hora. Definitivamente tienes que ir bien protegido, tanto por el frío como por los golpes que te puedes llevar si caes.
Ski Ballet
En la década de los 70’s este curioso deporte ganó mucha popularidad, suficiente para que en los Juegos Olímpicos de Invierno de 1988 y 1992 entrara como un deporte de demostración. La verdad es que eso de tratar de ‘bailar’ en skis no es muy atractivo, lo que provocó que poco a poco perdiera seguidores.
Carrera de perros en trineo
Las carreras de perros en Alaska son prácticamente el deporte nacional. Sus reglas son sencillas: un grupo de huskies siberianos te arrastran en un trineo, en una distancia a definir; esta práctica se ha vuelto tan popular en el territorio que hoy en día sirve también como atractivo turístico.
Yukigassen
Participar en una guerra de bolas de nieve es bastante divertido, pero hay quienes lo hacen de forma competitiva. Este ‘deporte’ surgió en Japón, y en él dos equipos de siete jugadores se enfrentan, eliminando a aquellos que hayan sido golpeados por la bola de nieve.
Nado de ‘Oso Polar’
No, en este caso no hay ningún animal participando. En cambio, los ciudadanos de Busan, en Corea del Sur, se lanzan al agua congelada y nadan, corren o hacen lo que puedan en 80 metros, vistiendo solo su traje de baño. Esta tradición cumplió 31 años en 2019, aunque no hay nada en juego.