No importa si eres un jugador de poker profesional o si eres amateur, tampoco si visitas casinos a menudo o si prefieres jugar en la comodidad de tu hogar con Strendus, una buena historia sobre cartas llama la atención de cualquier apostador. Por eso, te contamos aquí la razón por la que se le conoce como “la mano del muerto” a la conformada por dos ochos y dos Ases.
Primero lo primero. James Butler Hickok –mejor conocido como Wild Bill–, nació en Illinois, Estados Unidos, en mayo de 1837, y fue un hombre que se dio a conocer en su condado por su actitud rebelde y peleonera, así como por su gran habilidad con la pistola. Desde pequeño se forjó una personalidad fuerte. Aprendió a disparar desde niño, pues él y su padre defendían su granja a mano armada y cuando ayudaban a los esclavos de las plantaciones del sur a escapar a los estados libres. Fue así como Wild Bill se hizo de varios enemigos.
Cuando tenía 18 años, Wild Bill tuvo una intensa pelea en la que él y el otro involucrado terminaron cayendo por un canal. Como pensó que había matado al hombre, escapó a Kansas para que no lo culparan por asesinato y se unió al ejercito de vigilantes del Estado Libre, poco tiempo después fue elegido como policía y en los años siguientes desempeñó diversos cargos.
Las hazañas de Wild Bill hicieron que se volviera un personaje muy popular de la época. Se dice que sobrevivió al ataque de un oso, además de fomar parte en varios tiroteos y se convirtió en una leyenda por vencer a más de uno en duelos singulares. Incluso se decía que era uno de los pistoleros con las manos más veloces, aunque no fue lo suficientemente rápido como para salvar su propia vida mientras jugaba poker.
Una tarde calurosa de agosto de 1876, Bill jugaba poker end Nuttal & Mann’s, un concurrido bar al estilo del viejo oeste ubicado en Deadwood, una ciudad de Dakota del Sur. Estaba sentado con la vista hacia la entrada principal y no tenía mucho que había iniciado su partida cuando Jack McCall, un delincuente de la época, entró por una puerta trasera y le disparó en la nuca.
Así fue como James Butler Hickok, alías Wild Bill, cayó al suelo sin soltar sus cartas: dos ochos y dos Ases. En poco tiempo las personas bautizaron esa mano como “la mano del muerto” y el nombre de aquel popular agente de la ley quedó guardado en la historia para siempre. Gracias a su esfuerzo para ayudar a escapar a los esclavos cuando era tan solo un niño, en el lugar donde nació construyeron el Wild Bill Hickok Memorial, un edificio declarado patrimonio cultural por la Agencia de Preservación Histórica de Illinois.
En cuanto a Jack McCall, el cobarde que lo asesinó, fue declarado inocente en un juicio en Deadwood, en donde alegó que solo quería hacer justicia a su hermano, a quien Wild Bill había matado, luego se dedicó a alardear que lo había vencido justamente. Un tiempo después, Jack fue juzgado en Yankton nuevamente, se le declaró culpable y se le sentenció a muerte. Finalmente lo ahorcaron en marzo de 1877. Además, tras su ejecución, se comprobó que nunca tuvo hermanos. ¿Justicia divina?