Los casinos online tienen juegos de todo tipo sobre sus mesas, algunos más complejos y otros más sencillos y con una jugabilidad práctica para todo público. El burro castigado es un ejemplo claro de eso, ya que necesita rapidez, agilidad mental y buenos reflejos.
El burro castigado es un juego natural de Europa, precisamente España. En su mayoría lo practican personas muy jóvenes, ya que no posee ninguna regla complicada y además resulta sumamente divertido.
Con el tiempo su práctica se ha extendido por toda Latinoamérica y sus alrededores, aunque su foco principal no deja de ser en la península ibérica.
Sigue leyendo para conocer cómo jugar burro castigado con tu familia y amigos.
Burro castigado: objetivo del juego
El objetivo del burro castigado es obtener cuatro cartas con el mismo número o índice y colocar la mano en el centro de la mesa lo más rápido posible.
En caso de no lograr este objetivo principal, el secundario sería poner tan pronto como se pueda la mano encima de la de otro jugador que resulte ganador. Cuantas menos rondas se pierdan más vidas se conservan y más opciones hay de ganar.
Elementos del juego
- Baraja española de 40 cartas.
- Tapete (opcional) / mesa.
- Fichas de casino para apostar (opcional).
- De tres a doce jugadores. Se suele usar una sola baraja.
Burro castigado: cómo jugarlo
El burro castigado es uno de los juegos más populares de los casinos online y eso se debe a la rapidez con la que se puede finalizar una partida.
El dinamismo que tiene el burro no lo tiene ningún otro juego y eso le hace estar por encima en la escala de preferencia de los jugadores para ponerlo en práctica antes que otros.
Otra característica es que al ser un juego en el que los apostadores cuentan con vidas, una nueva partida no puede comenzar hasta que se de un ganador entre todos los participantes del juego en la mesa.
Ha sido incluso un juego de que otros casinos han utilizado para realizar torneos.Ya que por ser un juego que lo componen un número específico de jugadores y ser un juego de eliminación se pueden realizar estos campeonatos.
Una vez que tienes ganadores de cada mesa se les lleva a la mesa final, como ocurre en otros juegos de casino parecidos.
Pasos para empezar a jugar
En este juego como habitualmente es en los juegos de casino, el crupier debe ser el encargado de estar pendiente de las cartas. Y es que el juego consiste en quedarse con los cuatro naipes de un mismo número, es decir, los cuatro reyes, los cuatro sietes, etc.
Por ello el repartidor debe poner en la baraja tantos grupos de cuatro cartas como jugadores haya en la mesa. Como máximo podrán ser 10, ya que hay 40 cartas en la baraja.
Cabe mencionar que en algunos casinos, para reclutar aun más jugadores, se añadían los ochos y nueves para que la baraja fuera de 48 y pudieran entrar hasta 12 participantes.
Puesto que las mesas suelen tener unos cinco o seis jugadores no es normal que se usen tantas cartas, sobre todo porque el juego puede parecer que no tiene fin.
El crupier repartirá cuatro cartas a cada uno de los jugadores y en este caso el turno no es importante, ya que todos los participantes actúan en simultáneo. Lo que significa que no hacen falta fichas ni capacidad de memoria del jefe de mesa para recordar quien lleva la iniciativa en cada ronda.
Los jugadores miran sus cartas y deberán elegir un número de los que tienen y del que intentarán conseguir las cuatro cartas.
Es un número que puede ir variando a lo largo del juego. Inicialmente se puede escoger uno, pero conforme avance el juego y viendo las cartas que pasan por tus manos puedes cambiar. Sea como sea el resultado debe ser tener las cuatro cartas de un mismo número o figura.
Tampoco la jerarquía de las cartas es importante en este caso, aunque se puede indicar que las cartas disponibles en la baraja son:
- Rey
- Dama
- Jota
- Nueve (opcional)
- Ocho (opcional)
- Siete
- Seis
- Cinco
- Cuatro
- Tres
- Dos
- As
Una vez que se sabe esto y que todos los jugadores tengan las cuatro cartas en sus manos, ellos deberán elegir una para descartar. Esa carta será enviada al jugador que está justo al lado y se hará cuando el crupier dé la señal oportuna de que se puede realizar el intercambio de cartas.
La mayoría de casinos lo dejan en manos de los jugadores y los tiempos de decisión suelen ser cortos. El objetivo del burro castigado es que sea rápido y divertido, por lo que cualquier jugador que no cumpla con los tiempos establecidos o con la orden del repartidor de dar las cartas podría ser expulsado de la mesa en la que se encuentre.
Una vez que se deja la carta cerca del jugador que está al lado, al otro lado el otro jugador habrá hecho lo mismo y por tanto los jugadores podrán tomar rápidamente la carta y quedársela en su poder.
En las siguientes rondas se repetirá esta misma acción hasta que uno de los jugadores consiga tener cuatro cartas del mismo número o índice.
Cuando ese momento llega, el jugador debe hacer saber al resto de la mesa que ha completado la mano diciendo en voz alta la palabra “burro” y colocando una de sus manos en el centro del tapete o de la mesa. La misión entonces del resto de participantes es la de colocar la mano justo encima de la del ganador y ser más rápido que el resto de participantes.
No importa que no se tenga la mano completada e incluso que se tengan cuatro cartas de cuatro números distintos. Una vez que uno de los jugadores tiene burro, todo el resto de contrincantes deben poner la mano donde la tenga el ganador.
Las manos harán una montaña y el que sea el último en ponerla tendrá una desventaja en la siguiente partida.
La desventaja dependerá de qué variante de burro se esté jugando o cómo esté establecido en el torneo que se debe penalizar al perdedor. En algunos casinos hay cinco vidas para cada jugador y cada vez que quede en última posición pierde una de ellas.
Una vez que se le terminan las vidas quedará eliminado del juego y de la mesa hasta que se inicie una nueva tanda con todas las vidas para todos los jugadores.
Otra forma, más popularizada en torneos, es entregar al inicio del juego la palabra burro a cada jugador, y por cada vez que pierda irle restándole o sumándole una letra. Una vez que se termina o se completa la palabra el jugador quedará eliminado y se verá obligado a abandonar su sitio en la mesa.
También cabe destacar que hay otras maneras de perder vidas y de que otros jugadores puedan provocar que el resto pierdan vidas.
Estas dependen de lo que permita cada casino en sus mesas de juegos, pero en principio suelen utilizarse para que el juego sea aún más rápido.
Una de esas variantes es colocar la mano en el centro de la mesa y decir una palabra distinta a burro. A este movimiento se le llama amago e implica un riesgo, ya que si algún rival pone la mano consecuencia del reflejo pierde una vida. Sin embargo, si nadie llega a ponerla el que la perderá será el que realizó el movimiento.
Lo mismo ocurre con el movimiento de colocar la mano en la mesa. Existe la opción de colocarla boca arriba, en lugar de boca abajo y todo jugador que la coloque después perderá una vida. Si no lo hace nadie será sancionado el que hizo el movimiento.
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